Salsa Brava

Las patatas bravas son un plato icónico de la gastronomía española que consiste en patatas cortadas en cubos o gajos, fritas y acompañadas con una salsa picante conocida como salsa brava. Aunque las patatas y la salsa brava se han consumido de forma independiente en España durante siglos, la combinación de ambos elementos para crear las patatas bravas, tal como las conocemos hoy en día es relativamente reciente. 

El origen exacto de las patatas bravas es motivo de debate, pero su popularidad se ha extendido por toda España y se considera un plato típico en bares y restaurantes. Aunque no existe un consenso absoluto sobre su historia, hay algunas teorías sobre cómo surgieron las patatas bravas. 

Una teoría sugiere que las patatas bravas fueron creadas en Madrid a mediados del siglo XX. Se dice que el chef del restaurante Casa Pellico, ubicado en la Gran Vía de Madrid, creó el plato en la década de 1960. Según esta versión, el chef decidió combinar las patatas fritas con una salsa picante para ofrecer un aperitivo delicioso y con carácter. Desde entonces, las patatas bravas se popularizaron en la capital española y se extendieron a otros lugares del país. 

Otra teoría apunta a que las patatas bravas tienen sus orígenes en la región de Extremadura, en el suroeste de España. En esta versión, se dice que las patatas bravas se crearon en la década de 1930 en un bar de la ciudad de Badajoz. El propietario del establecimiento, conocido como el "Señor Brava", habría sido el responsable de combinar las patatas fritas con una salsa picante que se hizo muy popular entre los clientes. Independientemente de su origen exacto, lo cierto es que las patatas bravas se han convertido en un plato emblemático de la cocina española y son una opción común en los bares de tapas de todo el país. 

Además de las variaciones regionales en la preparación de las patatas y la salsa, también existen diferentes versiones de la receta, algunas más suaves y otras más picantes, adaptándose a los gustos y preferencias de cada comensal. En nuestra tienda, por ejemplo, tenemos un aceite y una sal picante que quedaran perfectamente en tu receta de salsa brava casera. Y si no tienes una receta propia, aquí tienes una receta sencilla para hacer una salsa brava con aceite picante y sal picante: 

Ingredientes:

3 cucharadas de aceite de oliva 

1 cucharada de aceite picante

1 cebolla pequeña, picada finamente 

1 diente de ajo, picado finamente 

2 cucharaditas de pimentón picante 

1 cucharadita de harina 

1 taza de caldo de pollo o vegetales 

Sal picante al gusto

Opcional: una pizca de azúcar 

Instrucciones: 

Calienta el aceite de oliva y el picante conjuntamente en una sartén grande a fuego medio. 

Añade la cebolla y el ajo, y cocínalos hasta que estén dorados y suaves. 

Agrega el pimentón picante y la harina a la sartén. 

Cocina durante unos minutos, revolviendo constantemente, para que los sabores se mezclen. 

Añade el caldo de pollo o vegetales poco a poco, revolviendo constantemente para evitar grumos. 

Cocina la salsa a fuego medio durante unos 10 minutos, o hasta que espese ligeramente. 

Retira la sartén del fuego y deja que la salsa brava se enfríe un poco. Luego, pásala a una licuadora o procesadora de alimentos y bátela hasta obtener una textura suave. 

Vuelve a colocar la salsa en la sartén y caliéntala a fuego medio-bajo. Agrega sal picante al gusto, teniendo cuidado de no excederte si no estás acostumbrado al picante intenso. 

Si deseas equilibrar el sabor, puedes añadir una pizca de azúcar para contrarrestar la acidez. 

Cocina la salsa durante unos minutos más, revolviendo ocasionalmente, para que los sabores se integren por completo. 

Prueba la salsa y ajusta la sal picante si es necesario. 

Si la textura es demasiado espesa, puedes agregar un poco más de caldo para diluirla. 

Una vez lista, puedes servir la salsa brava sobre las patatas fritas cortadas en cubos o gajos. 

¡Disfruta de tus patatas bravas caseras con esta deliciosa salsa picante!